GUILLERMO ZAPIOLA
Steven Spielberg ha dicho de ella que era "la actriz infantil más talentosa con la que he trabajado", y en labios de Spielberg eso es todo un elogio. Sólo que ahora Dakota Fanning está dejando de ser una niña.
Con quince años recién cumplidos, protagoniza Push, un `thriller` con elementos parapsicológicos que se estrena el próximo viernes. Hay un vago dato real en la base de la historia, escrita por David Bourla y dirigida por John McGuigan, y en la que también actúan Chris Evans, Camilla Belle y Djimon Hounsou.
El dato es que a lo largo del tiempo (y especialmente en los años cuarenta, cuando la parapsicología adquirió cierta respetabilidad que fue perdiendo después), los diversos gobiernos han estudiado la posibilidad de utilizar las supuestas habilidades paranormales como armas secretas. En 1945, los nazis hicieron el primer intento de entrenar guerreros psíquicos. Poco después, soviéticos y norteamericanos comenzaron sus propios programas de investigación sobre el tema. Tras el aire de rigor académico que parecieron otorgarle en determinado momento al tema las investigaciones del equipo conducido por el doctor Rhine en la Universidad de Duke, el tema se desinfló mayoritariamente, y la parapsicología se encuentra hoy más bien en el limbo de las "paraciencias", junto a la ovnilogía y las curaciones shamánicas (algunos agregan también en la lista al psicoanálisis), pero sigue siendo un buen tema cinematográfico
Eso es lo que hace Push, un `thriller` ambientado en un peligroso mundo de espionaje psíquico donde la habilidad de mover objetos usando sólo la mente, ver el futuro, crear nuevas realidades y matar sin siquiera tocar a la víctima, puede convertir a una persona en un arma letal. En la película, un joven (Evans) y una adolescente con poderes extraordinarios (Fanning) se enfrentan a una secreta agencia gubernamental en una batalla en la que se juega el futuro del mundo. Juega un papel importante en el asunto el personaje encarnado por Camilla Belle, quien es realmente la `pusher` a la que alude el título: una mujer capaz de influencias mentalmente sobre la conducta de los demás.
Ficciones: La favorita de Spielberg vuelve en una aventura de ribetes fantásticos.
La actriz confía que el público acepte que no es la misma
Precoz. Fanning se burla de quienes le preguntan si pretende cambiar de imagen: se olvidan que antes tuvo 6 años y ahora 15
El director McGuigan insiste en que la película no es sobre superpoderes sino sobre "poderes naturales, cosas que la gente podría hacer en la realidad", pero seguramente va a haber gente que se lo discuta. Es más sensata su estrella Dakota Fanning, quien prefiere ver al film como un relato de acción y al mismo tiempo una historia "muy personal". La actriz ha dicho que espera que a la gente la película le parezca "muy divertida", y afirma que "está llena de acción y todo va muy rápido". Además, la parte visual es "asombrosa", sostiene.
TRAYECTORIA. Para Dakota Fanning, las historias fantásticas y de ciencia ficción son casi una marca de fábrica. Nacida en el estado de Georgia en 1994, en una familia sin vínculos con la industria del espectáculo, se inició ante cámaras a los 5 años con avisos comerciales. Sus padres se mudaron con ella a Los Angeles para acompañar una carrera que despegó espectacularmente en 2001 con Mi nombre es Sam, luego de varias apariciones en series televisivas como CSI, Ally McBeal (en un episodio encarnó a Ally de cinco años) y varias más. Fue empero esa película protagonizada por Sean Penn la que le otorgó real notoriedad.
"Dakota es una mezcla de Judy Garland en El mago de Oz y Meryl Streep", sostiene Mike Myers, quien actuó junto a la niña en El gato y su sombrero mágico (2003), una fantasía infantil dirigida por Bo Welch y basada en un relato del conocido Dr. Seuss.
También Denzel Washington, quien estuvo a su lado en Hombre en llamas, asegura que solamente dos veces en su carrera debió detener una escena por haber quedado fascinado por su compañero de actuación. Una vez le ocurrió con Gene Hackman. La segunda vez fue con Dakota Fanning.
Actualmente Fanning puede ser vista en la televisión por cable, en la repetición de la miniserie de ciencia ficción Taken (2002), cuyo productor ejecutivo es Steven Spielberg y que se emite por Hallmark los sábados y domingos a las 21. Tres años después volvió a trabajar con Spielberg en su `remake` de La guerra de los mundos.
Más cerca Fanning había generado un miniescándalo por su participación en el film independiente Hounddog, que se presentó en el Festival de Sundance 2007. Allí interpretó a una niña sureña que padece a un padre abusivo y una abuela alcohólica, y en la que es víctima de una violación. De hecho, según han señalado quienes han visto el film, la escena no es gráfica, no hay desnudos, la iluminación es oscura y sólo se ven el rostro y una mano de Fanning. La joven actriz se ha burlado de esas polémicas: "No sucede realmente. Es una película, y se llama actuar. No estoy pasando en nada malo. A Cody e Isabelle, mis compañeros de elenco, tampoco les está pasando nada malo, es a sus personajes que les pasa. Y para mí, cuando termina, termina; ni siquiera pienso más en eso".
Pero todo eso es para Fanning historia antigua, como lo son La telaraña de Charlotte o Sabor a miel, o el haber proporcionado la voz a la protagonista de Coraline, que fueron sus últimos trabajos anteriores. El presente es Push, y según ella se trata de algo que nunca había hecho antes. Pero cuando se le pregunta si está intentando deliberadamente "crecer" con los personajes que acepta, hace la inevitable precisión: "El hecho es que estoy creciendo. No se trata de tomar decisiones conscientes sobre eso, sino simplemente adaptarse a la edad que una tiene."
Sin embargo el periodista no se rinde, y quiere saber si le están enviando libretos con personajes adolescentes en lugar de infantiles. Hay que imaginarla suspirando, y tratando de explicar que ahora es una adolescente y no una niña (cumplió 15 años en febrero).
DUDA. Fanning admite que aún no tiene claro cómo va a reaccionar el público ante los cambios generados por el mero paso del tiempo. "La gente me está viendo en la pantalla desde que tenía 6", señala, quizás con el temor de que sus espectadores quieran seguir viendo a la niña que ya no es. Ella se siente cómoda siendo mayor, y también quiere crecer como actriz, y no tiene la intención de convertirse en la nueva Mary Pickford, quien seguía interpretando papeles de niña, entre muebles de tamaño más grande de lo normal para lucir más pequeña, cuando tenía 20 años.
Entre tanto, está dispuesta a seguir trabajando y a disfrutar con su carrera. La pasó muy bien rodando Sabor a miel, en particular por la impresionante cantidad de talento cinematográfico con la que compartió cartel (Jennifer Hudson, Queen Latifah, Alicia Keys, Paul Bettany), y le encantó igualmente rodar Push, especialmente porque parte de la filmación tuvo lugar en Hong Kong, ciudad que le encanta.
Como buena joven, le gustan también la acción y el movimiento. Todavía recuerda cómo la impresionaron los despliegues físicos de Guerra de los mundos, y aunque reconoce que Push no tiene un presupuesto similar, las escenas de peligro y el trabajo de los "dobles de acción" es muy bueno. Y piensa seguir en lo suyo.
Pronóstico: Está en una edad difícil, pero tiene en su haber un talento fuera de serie.
Lo que sigue: entre vampiros y rockeros
El paso de la niñez a la adolescencia es un dato muy perceptible en las elecciones de papeles de la más reciente Dakota Fanning. Tras Push se la verá en un papel secundario en New Moon (2009), la segunda entrega de la saga vampírica Crepúsculo, inspirada en la serie de novelas de la escritora mormona Stephanie Meyers. Los protagonistas serán nuevamente Kristen Stewart y Robert Pattinson, quienes continúan con su casto romance humano/vampírico, amenazado por las fuerzas del Mal. La película se encuentra actualmente en postproducción y el estreno norteamericano está previsto para el mes de noviembre.
Fanning volverá a actuar junto a Kristen Stewart en su nuevo proyecto, The Runaways, actualmente en rodaje y cuyo estreno se prevé para el 2010. El film evoca la trayectoria real de la banda de rock adolescente The Runaways, que tuvo su cuarto de hora (o su par de años, o algo así) entre 1975 y 1977. Dirigido por Floria Sigismondi, se inspira en las memorias de una de sus integrantes, Cherie Currie, que es justamente el papel de Fanning. También actúa la ex "niña estrella" y hoy veterana Tatum O`Neal.
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