Pocos días después de estrenar "Sin límites", en la que interpreta a un personaje histórico -Salvador Dalí- el actor británico Robert Pattinson acaba de lograr un nuevo papel que le obligará a vestirse nuevamente "de época". Coprotagonizará al lado de Hugh Jackman y Rachel Weisz el western "Unbound captives" que le servirá a la también actriz Madeleine Stowe para debutar como guionista-directora.Variety informa que el rodaje se prevé cuando el protagonista de "Crepúsculo" haya terminado de filmar la tercera entrega de la saga vampírica juvenil, "Eclipse", o sea a finales de este año. El proyecto no es nuevo. De hecho Stowe escribió el guión bajo un pseudónimo hace más de 15 años, con la intención de protagonizarlo algún día, y renunció a vender sus derechos a varias productoras, que llegaron a ofrecerle hasta 5 millones de dólares, para tener finalmente ya no la oportunidad de actuar, pero sí de dirigirlo.La acción de su historia se desarrolla en el salvaje Oeste, cuando a finales de la década de los 50 del siglo XIX una mujer (ahora interpretada por Rachel Weisz) pierde a su marido en un ataque de los indios comanches, que también secuestran a sus dos hijos, pero a ella la salva un vaquero (Jackman). Pattinson interpretará a su hijo, y Stowe ha declarado a Variety que el ídolo de las jovencitas de medio mundo aceptó el papel antes del suceso de "Crepúsculo".Por otro lado, Pattinson ha demostrado no tener aún tanto gancho comercial como se le presupone, o al menos como cuando luce colmillos. La cinta británico-española "Sin límites" (Little ashes), en la que Robert hace del artista catalán Salvador Dalí, no funcionó nada bien en España, donde quedó en su primer fin de semana (el pasado) en el decepcionante puesto 28 entre las más vistas, con una media por copia de menos de mil euros.Su estreno simultáneo en Estados Unidos brindó mejores cifras, aunque en este caso fueron menos copias, sólo 12, las exhibidas, con una media de más de 6.100 dólares por pantalla, lo que le hizo acreedora a la posición 39. Eso sí, las críticas de la prensa norteamericana resultaron mayoritariamente negativas, en más del 70% de los casos.
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